lunes, 30 de mayo de 2011

"La profesionalizacion de los mandos medios en la agricultura" ejemplo Chile.

Con jefes de campo o supervisores capacitados en selección y manejo de personal y auditados en cada tarea, mejoran hasta en 30% los rendimientos.   http://diario.elmercurio.com/images/mer30/punto.gif

Andrea Tapia Mayer 
La mano de obra agrícola hace rato que es el punto débil del sector. La escasez, debido a la migración a la ciudad o  atraída por trabajos como la minería, es la tónica que da hace ya tiempo. A lo anterior se suma la poca eficiencia de los que se quedan trabajando en el campo, que se debe a que muchas veces no cuentan con las herramientas necesarias para ser más eficientes.
Que se requiere capacitar a esos trabajadores es tema ya conocido. Sin embargo, se ha demostrado que no basta con que éstos sepan qué y cómo tienen que hacer una labor. Queda un tremendo espacio a nivel de los mandos medios, donde introduciendo pequeños cambios y supervisiones transformarán a esa capacitación en una herramienta que devuelva competitividad.
Fórmula  certificada
Hace seis años, Juan Pablo Buc, ingeniero agrónomo, y Andrés Errázuriz, administrador de empresas, se dieron cuenta de que la productividad y la calidad en la ejecución de las labores, eran los princiaples problemas de la mano de obra frutícola.
Y, dado que la mano de obra representa casi el 70% de los costos de una frutícola, decidieron que había que buscar fórmulas para mejorar esas situaciones.  "Cualquier mejora que se haga en este ámbito, es notada rápidamente en los resultados finales", recalca Buc.
La opción era profesionalizar la labor en el campo, especialmente a nivel de los mandos medios -jefes o encargados de campo-. Pero eso debía ser acompañado por un seguimiento de alguién externo a la empresa, para impedir que el sistema flaqueara. Además había que auditar todas las labores que se hacían diariamente, desde la poda a la poscosecha, para tener un claro panorama y control de lo que ocurriera.
La clave, dedujeron, eran los mandos medios. "Ahí es donde está enfocada la productividad en Chile", dice Buc, uno de los dos creadores de Certifika.
Son ellos los encargados de seleccionar al personal, tener liderazgo y autoridad, ser capaces de manejar los conflictos internos y lograr negociaciones creativas, entre otras cosas. Además, supervisan a los trabajadores para que cumplan las tareas.
Andrea Tapia Mayer."Tienen que saber que el mejor trabajador no es el que cosecha más cajas, sino el que llega con el mayor número de ellas en las condiciones exigidas. Hay que considerar que una parte importante de la fruta se va a lo que se llama desecho, y eso es básicamente por un mal manejo de campo, ya sea en la poda o en la cosecha. Por ello se requiere de un encargado que tenga claro qué tiene que hacer", enfatiza Buc.
Contrataron ingenieros agrónomos, que se hacen cargo de superficies no mayores a 50 ha en cada empresa. Cada día los agrónomos encargados redactan informes que reportan lo que ocurre día a día en los predios. Y lo realizado por cada trabajador, con sus errores y avances, queda registrado, lo que permite que se vaya seleccionando en forma natural a aquellos que son mejores tanto en calidad como en rendimiento.
Los resultados se reflejaron en los números de las empresas que optaron por el sistema.
"Las empresas han registrado un aumento promedio entre 15% y 25% en el cumplimiento de pautas, dependiendo de la labor auditada. Hay una recuperación de la productividad que va entre 15% y 30%, lo que significa mucha plata", señala un informe de Certifika.
Que el sistema funciona lo demuestra el que ya son cerca de 50 las compañías que incorporaron las técnicas, entre las que están Del Monte, Agricom, Gesex, Aconex y agricultores pequeños, cubriendo ya cerca de cuatro mil hectáreas principalmente de uva, carozos, kiwi y uva vinífera. A lo técnico suman la capacitación y aplicación de las llamadas buenas prácticas agrícolas. "Su aplicación incentiva a que los trabajadores se identifiquen con su lugar de trabajo y se sientan más motivados".
Énfasis en el liderazgo
En Fedefruta reconocen también la importancia de los mandos medios. Sin embargo, su  énfasis, sin descuidar lo técnico, está más orientado a los temas de liderazgo más que en los técnicos.
 "La idea es que aprendan a respetar a los trabajadores, generen vínculos con ellos, logren motivarlos, instauren normas de calidad, etc. Hoy eso es una necesidad, el empresario que no se suba a este carro no tendrá gente. Las personas del campo, más que la remuneración, valoran el respeto, entonces hay que trabajar en ese sentido", señala Antonio Walker, presidente de Fedefruta.
drea Tapia Mayer.Todo lo anterior no significa descuidar temas que faciliten las labores y hagan que el trabajo se vuelva más eficiente, como el de utilizar huertos modernos que permitan ahorrar pérdidas de tiempo como el tener que ir muchas veces a descargar lo cosechado. En éstos, lo que se busca es simplificar las labores a realizar, introduciendo tecnología y genética para lograr, por ejemplo, árboles pequeños que permitan trabajar desde el suelo y no usar escaleras.
"El tema es reencantar al trabajador agrícola para que no se nos vaya a la ciudad, eso lo podemos hacer ejerciendo buenas prácticas agrícolas y aplicando conocimientos de responsabilidad social empresarial. La idea es dignificar el trabajo del temporero, eso debe estar en el ADN del productor de fruta", recalca Walker.

 La leche también busca mejoras
El lácteo es otro sector que busca mejorar la rentabilidad a través de la capacitación del personal. El estudio "Productividad del Recurso Humano en Lecherías Chilenas", encargado por el Consorcio Lechero a Ricardo Vidal, de la Universidad Austral y Todoagro, determinó que un tercio de los trabajadores de las lecherías son mal evaluados. Esto se explicaría porque no existen definiciones de funciones y metas para algunos cargos, y también porque no se integra a los operarios a reuniones de análisis de desempeño. De ahí que se concluya que es esencial generar un sistema de capacitación que asegure el mejoramiento de las competencias del personal que trabaja en las lecherías, y que un buen modelo a seguir es el neozelandés, líder en eficiencia productiva.

Andrea Tapia.

Articulo extraido de la Revista el Campo del Periodico El Mercurio, Santiago de Chile.

jueves, 26 de mayo de 2011

¿Como podemos mejorar nuestra agricultura?


Es impresionante que frases como “El país avanza en seguridad alimentaria”, “Agricultura es ejemplo en proceso de trasparencia”, “Desarrollo agropecuario con enfoque integral”, entre otras.  Nos crean una visión de lo que para algunos es un real avance de la agricultura Dominicana. Pues, sin duda, tenemos un país con grandes riquezas como son nuestros recursos naturales, recursos hídricos, suelos fértiles y en base a estos  tenemos gran variedad de productos cultivables y un amplio camino por recorrer en la tecnología aplicada.
Pero, fuera de las grandes virtudes de nuestras tierras, tenemos un gran problema, este es que no contamos con una política agrícola fuerte que cuente con ejes de acción claros y concisos. Al momento en que nuestra agricultura cuente con esta base, sabremos que tenemos realmente, que queremos y comenzaremos a actuar..  Aunque suene insignificante mencionar esto, creo que sería muy útil un slogan, tenemos el ejemplo de Chile,  en un comienzo muchos encontraron exagerado el eslogan “Chile Potencia Alimentaria” sobre todo si se comparaban con gigantes agrícolas como lo es Brasil o grandes actores del procesamiento de alimentos como Bélgica. Según Alberto Montari, Presidente de Chile Alimentos, empresario y un innovador en el ámbito del marketing,  pregono y amplio el concepto del “slogan”, hasta difundirlo completamente, él  dice que,  “Hay que creérsela y de esa forma las cosas suceden”.  En el 2004 Chile Alimentos logro reunir a toda la industria Chilena productora y exportadora de alimentos al primer seminario “Chile potencia Alimentaria”,  donde se pensó en forma conjunta el futuro de las exportaciones de alimentos. En aquel evento predijeron que Chile iba a duplicar sus exportaciones de alimentos al 2010. Y la meta se logró, pasando de US$ 6000 millones de dólares el 2004 a más de US$  12000 el 2010. Chile hoy es “top ten” en la exportación de alimentos y esta actividad es el segundo sueldo del país después de la minería.
Alberto Montanari tenía razón, su concepto de “Chile Potencia Alimentaria” prendió y los números lo han abalado.
Ejemplos cercanos como este en Latinoamérica donde la seriedad y  la convicción, dieron frutos agigantados, nos enseñan que Dominicana en las condiciones que esta y ha estado a lo largo de su historia, si adopta seriedad a la hora de tomar decisiones, se propone metas a futuro y ejes de acción que incentiven la investigación, la innovación, la capacitación, la protección de los recursos naturales, la vida rural y una producción inocua. Lograríamos un futuro, inmensamente fructífero, en nuestra  agricultura.
 Siempre ha sido más fácil criticar y ver los problemas que dar soluciones, por lo cual quisiera mencionar los siguientes ejes de acción que, a mi parecer, podrían dar cambios radicales en nuestra agricultura:
·         Profesionalización de los recursos Humanos: Es muy importante en toda empresa, institución o rubro productivo de nuestro país, contar con los conocimientos necesarios para tener la suficiente competencia y  poder tomar decisiones o generarlas en torno a un problema X.  Nuestro rubro no se escapa de esto, si somos capaces de generar competencias laborales y profesionalización de agricultores y trabajadores sin duda alguna estaremos sumando para mejorar nuestras producciones y su eficiencia.
·         La Innovacion, desarrollo, investigación y trasferencia tecnológica:   La innovación es  un elemento clave de la competitividad, la cual va de la mano con la investigación, el desarrollo y la transferencia tecnológica. Debemos desarrollar programas especiales de becas de postgrado en el ámbito alimentario, concursos públicos en innovación tecnológica, masificar los sistemas de aseguramiento de calidad y dar un salto tecnológico que permita a todos los actores participar de esta estrategia.  De esta forma llegamos a una eficiencia productiva que podría llevarnos a exportar alrededor de un 70% de nuestra producción nacional, sin descuidar nuestro consumo nacional, como lo es el caso de Holanda (ejemplo de innovación y eficiencia productiva).
·         Fomento productivo:   El enfoque de las instituciones públicas, a simple vista, está alineado al enfoque de los productores, pero los ejes de acción no permiten una compatibilización entre ellos.  Por lo cual, un trabajo en conjunto donde los productores sientan la importancia que tienen para el país y se sientan apoyados por las instituciones públicas, sería muy importante para mejorar la productividad.  Se puede apoyar programas de riego, incentivar a la conservación de suelo, mejorar la calidad génica y asesoría para exportar,  entre otras.
·         Profundización de estrategias de inserción competitiva de los mercados: Esto es justo lo que mencione hace un par de párrafos, trabajar para una imagen país donde Dominica sea conocida por algo y que en ese “algo” nadie nos gane, como impulsar exportaciones con alianzas publicas-privadas, consolidar nuevos mercados y mantener los actuales. Pero antes de esto debemos generar esa necesidad y ambición de querer más en los pequeños y medianos productores, deben tener la seguridad de que sus productos pueden estar a la venta en cualquier supermercado del mundo.
·         Mejorar la productividad de los recursos naturales: Los recursos naturales debemos protegerlos y mejorarlos, pues  son la garantía de la sustentabilidad de los recursos agropecuarios. Ya que la sobre explotación de estos, sin consideración alguna, nos obliga a tomar acciones que están destinadas a proteger el patrimonio sanitario, resguardar la calidad de las aguas de riego, controlar la erosión y proteger nuestras denominaciones de origen, así como también a incentivar la inversión en infraestructura de riego, mejorar las condiciones de los estados genéticos y erradicar enfermedades especificas.
·         Pensando en la vida rural:  La migración Campo-Ciudad no es un fenómeno nacional, sino mundial. Ya que bajos salarios y pésimas condiciones laborales gatillan una migración que perjudica a las empresas agrícolas y genera una sobre población en la ciudad. La meta de las instituciones públicas es llevar la ciudad al campo, tener hospitales,  buenas carreteras, buenas escuelas,  dar seguridad alimentaria entre otras acciones. Lo que se generaría aquí es una transversalidad de actividades en conjunto con diferentes secretarías de estado, lo que haría de este fenómeno una situación mucho más controlada y con evidente mejoría.
Mi preocupación es muy evidente y creo que no es solo mía, sino de todos los que queremos a nuestra Quisqueya querida. Pues todos aquellos  hombres valientes que lucharon para que nuestro país sea libre e independiente,  nos dan la razón en  que si vale la pena luchar por una mejor Republica Dominicana. La agricultura es un importante  índice de cómo están funcionando los países, y es nuestra obligación, los que elegimos esta disciplina como profesión, luchar no solamente por nuestro progreso personal, sino por una mejor agricultura nacional.